lunes, 16 de junio de 2014

El 'haber' no existe

Ya ni sé si lloro porque lo extraño; porque lo amaba; por lo que pasaba en esos tiempos o porque simplemente nunca lo entendí. Supongo que eso no importa ya; todo lo que años atrás existía, toda esa realidad, ya no existe, ni es real. Ya no más.

Fueron muchos años de ilusión guardados en papel, en fotografías y en horas imaginándolo al frente mio, con esos ojos que tantos conocían, pero que sólo me veían a mí. Pero llegué demasiado tarde, y tomé la peor decisión al no aceptar aquella cita. Aquella cita que pudo haber terminado en lo mejor de mi vida. Aquella cita que pudo haber sido la mejor que hubiera tenido. Aquella cita que pudo haber sido el mejor día de nuestras vidas. Pero el 'hubiera' no existe, y en este triste caso, el 'haber' tampoco. 

lunes, 9 de junio de 2014

Sueño surrealista

Fuiste mi amigo por unas horas. Eras el único que me entendía, que me escuchaba, que veía a través de mis ojos... Duró muy poco, casi nada; esa sensación de amor incondicional a ti. No sabía que nos estaban tomando el tiempo, y a pesar de eso desarrollamos nuestro sentido telepático al cien por ciento.

Me supongo que recuerdas que me paré frente a ti, te tomé de la cabeza y viendote a los ojos te dije "menos mal que puedes hablar y que nos podemos comunicar con telepatía"... Yo sí lo recuerdo. Ahora te quiero pedir disculpas por cómo me puse, realmente no quise que me vieras así. No era el fin del mundo, pero sí la última vez que nos veríamos.

La gente que me veía llorar descontroladamente se reía entre dientes y me daban esa mirada de loca, como si no pudiera verles los rostros. Me tenían harta. Era como si ellos nunca hubieran tenido un perro o un gato... ¡Un caballo es lo mismo! ¿No? ¡Eres exactamente lo mismo! Tal vez no entendían porque sólo había estado cepillándote y acariciándote por un par de horas. No sé, ya no me importa. Me cansé de dar explicaciones. Sólo queria sentirme libre de despedirme del caballo blanco más asombroso con quien jamás compartí unas horas de mi vida. ¿Era eso mucho pedir?

Te extraño mucho, y quisiera verte de nuevo. Creo que no nos dijimos nuestros nombres, me llamo Andrea. ¿Y cómo te llamas tú?