Fueron muchos años de ilusión guardados en papel, en fotografías y en horas imaginándolo al frente mio, con esos ojos que tantos conocían, pero que sólo me veían a mí. Pero llegué demasiado tarde, y tomé la peor decisión al no aceptar aquella cita. Aquella cita que pudo haber terminado en lo mejor de mi vida. Aquella cita que pudo haber sido la mejor que hubiera tenido. Aquella cita que pudo haber sido el mejor día de nuestras vidas. Pero el 'hubiera' no existe, y en este triste caso, el 'haber' tampoco.
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